Pelagia es una mujer de mediana edad a quien la vida ha tratado duramente. Se quedó viuda cuando era muy joven y ha sacado adelante a su familia gracias a su trabajo y determinación. Parece que haber nacido y crecido en La Paz, y ser capaz de moverse a tanta altura con rapidez, le ha dado una capacidad especial para movilizarse y reaccionar ante las dificultades. Eso sí, las canas plateadas empiezan a asomar por su larga cabellera boliviana, “una cana por problema” dice ella.
Desde hace 7 años Pelagia trabaja en la ciudad de Cochabamba, en Casa San José. Forma parte de un eficiente y dedicado equipo conformado por diferentes profesionales que ponen todos sus talentos para lograr la reinserción familiar de los niños en situación de calle. Pelagia prefiere trabajar en el turno de noche, así durante el día puede estar pendiente de su familia, pero además le gusta de forma especial la tranquilidad que se respira por la noche en Casa San José.
Desde hace 7 años Pelagia trabaja en la ciudad de Cochabamba, en Casa San José, como educadora de los niños de la calle.
Tras la cena Pelagia, junto a los más mayores, vela para que todos niños que viven en el centro frieguen los platos y limpien el comedor. Tras asearse, cepillarse los dientes y preparar su ropa para el día siguiente, los niños disfrutan de un rato de ocio. Algunos días participan en la lectura de un cuento, otros ven una película, o se cuentan historias.
A las 9 y media los más pequeños se meten en la cama rendidos tras la actividad del día. Pelagia aprovecha entonces para estar con los mayores y estos se le acercan como a una hoguera encendida en una fría noche buscando ese calor que sólo saben dar las personas que viven intensamente la vida.
Gustavo es uno de los chicos que buscan el calor de la hoguera. Muchas noches lo encuentras en pijama detrás de Pelagia que, sentada en una silla charla con los demás, mientras él le cuenta las canas.
Gustavo es tímido e introvertido, no habla mucho y más bien se queda en un rincón a la hora de las actividades. También él, como todos, está marcado por la historia que le ha llevado a la calle. Nuestro reto es reconstruir esa experiencia para entenderla con él y ver la mejor manera de abordarla y superarla. El equipo psicológico y de trabajo social se encarga de ello, aunque en este caso la introversión de Gustavo no hace fácil la tarea.
Una de esas noches de “hoguera”, mientras el resto de los niños veían un documental, Gustavo le preguntó a Pelagia por qué tenía canas. Ella le explicó su historia, los problemas por los que había pasado y cómo los había logrado superar, no sin dificultades. Eso sí, cada uno de ellos le había dejado una cana de recuerdo. Gustavo, impresionado, se puso a contar las canas de Pelagia.
Han sido las canas de Pelagia las que han conseguido que Gustavo verbalice por fin sus sentimientos y vivencias. Nuestro reto es reconstruir la experiencia que ha llevado a los niños a salir a buscar en la calle un medio de vida.
A medida que contaba las canas, Gustavo cayó en la cuenta que no era el único que tenía problemas. Los de Pelagia también habían sido muchos, como sus canas. Y, a pesar de ello, había logrado hacerles frente, vencer las dificultades. Sin embargo allí estaba ella, dando ese calor tan rico al lado de la hoguera a niños que venían de la calle. Fue entonces cuando Gustavo empezó a contarle a Pelagia su historia, delante de aquella tele que entretenía a los demás y al mismo tiempo les proporcionaba ese momento de intimidad y empatía tan especial, casi mágico.
Cuando Pelagia contó la historia en la reunión semanal del equipo, empezaron a tejer de inmediato el plan de actuación para Gustavo. Ahora sabían a qué se enfrentaban y empezaron a entender el problema y, por lo tanto, a proponer acciones llenas de sentido para abordar los problemas familiares que habían precipitado a Gustavo a la calle. El proceso por fin se pudo poner en marcha.
La anécdota de las canas de Pelagia consiguió desatascar los sentimientos y recuerdos de Gustavo para empezar a reconstruir su historia. Aún hoy, a punto de volver a su casa tras un complejo plan de reinserción, en las noches encuentras a Gustavo contando las canas de Pelagia.