Como ya os hemos venido informando, durante los días 13 a 16 de julio tuvo lugar en Addis Abeba una importante Cumbre Internacional sobre Financiación al Desarrollo, en la que estuvieron presentes 193 estados miembros de la ONU.
Dicha cumbre ha finalizado con la firma de “Un acuerdo histórico”, según Naciones Unidas, para generar recursos que garanticen la futura Agenda de Desarrollo Sostenible que se aprobará el próximo mes de septiembre en Nueva York y en la que se acordarán 17 ODS (Objetivos de desarrollo Sostenible) en sustitución de los 8 Objetivos de desarrollo del Milenio que finalizan este año, con 169 metas para lograr en los próximos 15 años.
La declaración final de esta conferencia, ya se conoce como Agenda de Desarrollo de Addis Abeba e incluye más de 100 iniciativas para mejorar las fuentes de financiación de los países emergentes, ampliar la base de ingresos, mejorar la recaudación de impuestos y luchar contra la evasión fiscal y los flujos financieros ilícitos.
En la conferencia, los países ricos se han comprometido a mantener sus ayudas al desarrollo en el 0,7%, o aumentarlas en aquellos casos como la Unión Europea, que son más bajas y se comprometen a incrementarlas un 0,2% de su ingreso nacional bruto para el año 2030. A nivel nacional se regularán incentivos públicos para intentar alinear la inversión privada con el desarrollo sostenible en áreas como protección social, infraestructuras y tecnología.
En los sectores como energía, transporte, agua o saneamiento, se han alcanzado acuerdos de cooperación internacional para movilizar recursos y la creación de un Foro Mundial de Infraestructuras.
No obstante varias ONG se han quejado de que finalmente los países desarrollados no hayan aceptado la creación de una agencia para luchar contra el fraude fiscal, que permitiría a los países más pobres tener la misma representación y por tanto proponer reformas que favorezcan sus intereses, ya que el montante que se evade cada año, supera la ayuda al desarrollo que reciben.